vendredi 29 mai 2009

Pantaloncitos Rotos

Recuerdo que un pequeño nino de tan solo 6 añitos caminaba descalso con ropita ralita, casi transparentes por la pobresa. Utilisaba un solo cuaderno para varias materias, osea que no tenia
ni un lapis para escrivir. De uniforme ni pensarlo! Bueno, aquel futuro hombre de negocios paso tantas pruevas que asia pensar que nunca terminarian sus pesadillas...

Pero un dia, aquel niño, le apreto el hambre por que sus padres solo le daban 15 centavos para
comer, aquel pequeño tenia que ir dentro del mercado a donde una buena samaritana que
le servia por esa cantidad un poquito de arros, un poquito de chanfaina, con la cuchara, jugo de.
carne dos tortillas y una tasa de café. El valor de aquel desayuno no hera de 15 centavos si no
de 30 centavos pero aquel corazon comprendia el hambre del pequeño.

Bueno resulta que un dia aquel niño casi salia del mercado cuando de repente, un policia municipal
de esos que cuidan los mercados, lo tomo de la mano y le dijo: te atrape ladron! El niño del susto
se horino en los pantalones y gritaba: no! yo no soy ladron! soy pobre sucito, pero de muy buen corazon! Pero el policia no entendia razones y menos queria comprender corazones llorones.
Luego llego corriendo una señora y le dijo no señor policia usted comete un error ese no
es el ladron el otro es mas grande y esta pelon.

El policia lo solto, murmurando entre dientes.
-pero ten cuidado y no vuelvas a robar,
a lo que el niño solo respondio senor yo nunca he robado y nunca lo hare luego aquel niño todo
lo olvido. Al correr de los dias le apreto aun mas el hambre y en aquella ciudad justamente
afuera del mercado a la orilla del porton de entrada, una farmacia tenia una virgen con una cajita
de madera al lado para que los pasantes dieran una limosna....

Aquel niño dormia debajo de la mesa donde su madre vendia unos pocos cosmeticos, para
cuerpo y cara. Bueno resulta que aquella virgen tenia las manitas asi adelante, como pidiendo
clemencia. Resulta que el niño la cuidaba como algo que no entendia por que sus conocimientos no heran muy claros respecto a la vida cristiana. El resultado fue que un dia la cajita de monedas de 5 y 10 centavos estaba llena y las monedas un poco de fuera. Entonces aquel niño en su ingnorancia agarro un par de monedas de 10 centavos y corriendo dentro al mercado por que resulta que ese dia no abia desayunado y su cuerpesito pedia algo para sobrevivir.

Cuando el niño puso en la mano de aquella buena samaritana aquellos 20 centavos le dijo:
escucha buen niño, este dinero no te lo dio tu madre y por consiguiente lo regresas de donde
lo agarraste por que si no dios te castigara! aslo y luego regresas asta aqui. Aquel niño salio como una bala y poniendo aquellas monedas en las manos de la virjen estaba, cuando alguien puso una mano en su hombro y dijo:
niño por que pones todo lo que tu tienes? Si segun observo tu tienes gran nesecidad.
A lo que el niño respondio: no señor yo los agarre sin permiso y aquel hombre aun mas asombrado le dijo:
por tu honrades ten te regalo 50 centavos.
A lo que el niño respondio: no señor fue una buena señora que me explico que no se agarra lo ajeno y el señor le dijo:
Puedes dirigirme asta donde esta esa señora?
A lo que aquel pequeño respondio: si solo sigame y luego de llegar el señor platico largo
y tendido con la samaritana y desde ese dia aquel pobre niño ya no paso hambre por que aquel
señor pago la alimentacion de todos los dias...

Aquel niño brincaba como un cabrito de alegria pero casi al mismo instante reacciono
y con gran temor le pregunto a la buena samaritana: podria por favor señora explicarme por que
ese señor sin conoserme mi comida pago? La señora que estaba muy palida, le respondio
escucha pequeño no comprendo que sucedio cuando tu llegaste no vi a nadie a tu lado pero,
senti una gran sensacion de paz y luego alguien sin que yo lo pudiera notar puso dinero en mis manos y senti que me dijo dale de comer al nino que antes venia con 15 centavos en su volcita por que tiene buen corazon y tu dios paga por sus hijos. Mira pequeño ya no pasaras hambre solo que en este dia te doy un consejo:
Nunca robes ni un, centavo y cuando seas viejo levantaras tu frente como una persona decente.

Autor:
Mario Ramos,
Montreal Canada,

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